En medio de un aumento del robo de vehículos, un empresario denunció la sustracción de una camioneta Toyota Hilux de una concesionaria de venta de autos. A los investigadores le llamó la atención el modus operando que utilizó un delincuente para apoderar del valioso bien que, según la página de la Dirección General de Rentas, está valuada en más de $22 millones.
El lunes a la madrugada, el servicio 911 recibió un llamado en el que alertaban que una camioneta de alta gama había sido sustraída de un local ubicado en avenida Alem al 800. Los uniformados se dirigieron hasta el lugar y confirmaron el robo.
Según las primeras averiguaciones, dos hombres ingresaron a la concesionaria violentando la puerta de ingreso. Luego, uno de ellos se dirigió hasta el segundo piso donde amenazó con un arma al sereno. De acuerdo a la denuncia, los delincuentes ataron al trabajador y le taparon los ojos. También lo golpearon para que les informe donde estaban las llaves y la documentación de los vehículos. Después de varios minutos, se apoderaron de la camioneta y huyeron del lugar. La Policía ya tendría pistas para dar con los autores del hecho, según confirmaron fuentes judiciales.
Rareza
“No escuchamos nada. Me desperté por el revuelo de los policías que vinieron al lugar. Esta es una zona insegura, como ocurre en cualquier punto de la ciudad. Hay arrebatos, pero no más que eso”, destacó Pedro Estévez, vecino de la zona.
En los últimos días se incrementó el robo de vehículos en la provincia. A diferencia de lo que ocurre en otros lados, la modalidad más utilizada aquí es el hurto y no los asaltos. Por eso este caso despertó la atención de las autoridades.
Detrás de este incremento hay dos tipos de organizaciones. Una que se dedica a robar camionetas o vehículos de alta gama para trasladarlo a Bolivia y cambiarlo por drogas. Otra, que se encargan de sustraer autos para comercializarlos en otras provincias. “Estamos analizando todas las posibilidades y los tenemos identificados. Es una investigación compleja por los movimientos que realizan”, explicó el jefe de Policía Joaquín Girveau en una producción publicada por LA GACETA días atrás.
Ayuda
Los pesquisas ya tienen una línea. Uno o varios tucumanos convocarían a ladrones de otras provincias para, como se dice en la jerga policial, “levantar” las camionetas o los autos de alta gama que están en la vía pública. Luego, pagan a terceros para que las oculten en viviendas de particulares para desviar la atención de los investigadores. Cuando ven la oportunidad, la trasladan hacia el norte. Según las investigaciones judiciales, las trasladan hasta Bolivia aprovechando la facilidad que tienen los habitantes de ese país para inscribir bienes sin necesidad de justificar su origen y la cambian por droga. Luego, regresan a la provincia en otro vehículo y comercializan la sustancia. “Pueden obtener hasta seis kilos de ‘merca’ y aquí obtienen hasta $25 millones, más de lo que pueden obtener vendiéndola aquí”, destacó un pesquisa.
Las herramientas tecnológicas también están al servicio de la delincuencia. En el mundo delictivo de la provincia, surgió el rumor que desconocidos ya cuentan con Pandora, un aparato que permite hacer arrancar cualquier tipo de vehículo, incluso las camionetas de alta gama que, supuestamente poseen llaves únicas e inviolables. Según la misma versión a la que tuvo acceso LA GACETA, ese instrumento sería aportado por delincuentes de otras provincias que son convocados por sus pares tucumanos para cometer ilícitos.
En lo que va del año, en los puestos fronterizos tucumanos, en el marco del Operativo Lapacho, se secuestraron más de siete camionetas de alta gama que habían sido sustraídas en otras provincias, especialmente Buenos Aires. Los conductores señalaron que se dirigían a Salta para comercializarlas. Ese es otro indicio del intercambio de vehículos por droga.